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Necesitamos de una liberación en los contactos sexuales

La imagen puede contener: 1 persona, multitudLa liberación sexual de los heterosexuales, pero especialmente la de la mujer es una de las claves para la liberación humana.
En los años sesenta vi en Cuba una película norteamericana en la que el tema central era sobre la sospecha que desde Cuba había llegado un pájaro contaminado con un virus sumamente contagioso y cual afectaba a la gente, volviéndolas alegres, amigables, cariñosas, energéticas, llenas de ilusiones y de optimismo, espontaneas en la amistad, etc., etc. Por supuesto que esto era algo sumamente peligroso para con el sistema capitalista, ya que un mundo de personas animadas a querer ser felices, podría volverse en contra de las reglas del juego impuesto en la sociedad, y cual conspira en contra de la felicidad humana; de ahí que el FBI estuvieran tan preocupados por ese repentino cambio en el comportamiento de la gente, cuales bailaban en las calles y se unían fácilmente a grupos con la intención de divertirse y de ser felices. De manera que se hacía muy peligroso para el sistema esa solidaridad humana que se expresaba por todas partes, por cuanto podría desequilibrarlo y sin posibilidades reales de que ni la misma policía y el ejercito -contagiado también por el deseo de ser felices-, pudieran ser utilizadas para reprimir a la población. Por supuesto, que esa espontaneidad humana no existe en este planeta, al menos entre los heterosexuales, aunque si se nota un poco entre los grupos gays, lo que es una gran ironía y paradoja.
Hace un tiempo atrás estuve leyendo sobre un nuevo crucero de recreo organizado para con los homosexuales y lesbianas, y cual se esperaba que fuera vendido a capacidad total en unas pocas semanas teniendo en cuenta los grandes éxitos obtenidos en eventos similares anteriores. Ante el hecho de que en todos los llamamientos convocados por los gays en todas partes del mundo, la respuesta es siempre abrumadora, cabe preguntarnos: ¿Qué es lo que mueve a los gays a responderse unos a los otros cada vez que se concursan y que es desconocida entre los heterosexuales, sea haciendo llamados para divertirse como haciendo llamados para con otras causas? Después de muchos análisis, llegué a la inequívoca conclusión de que ello se debe digamos, no solo a los impulsos de una super susceptibilidad que los hiere fácilmente en sus sentimientos, motivándolos a unirse cuando se sienten ofendidos o retados, sino que tambien en ello interviene el “calor humano” que se presta libremente entre ellos, algo que no existe entre los heterosexuales. O sea, que los gays saben perfectamente que cuando están entre ellos, habrán roces de piel, habrán besos, habrán contactos físicos, habrán caricias, habrán toqueteos, habrán invitaciones a la intimidad de unos con los otros, habrán abundancia de nuevas amistades, habrán nuevas pasiones carnales, habrá de todo lo que los heterosexuales solo en sueños a veces vivimos (como uno que tuve y en el que descubrí una “iglesia de amor” en la que sus miembros mujeres recibían a los varones introduciéndolos en un cuarto semiprivado, donde una o varias muchachas los acariciaban y les hacían el amor a modo de darle la bienvenida e iniciación religiosa). La pregunta que cabe aquí es: si lo homosexuales pueden, ¿por qué nosotros los heterosexuales no podemos? ¿Será –como me dijera alguien– porque eso es algo que no se concibe en el planeta Tierra entre las personas de diferentes sexos, mientras que sí es admisible entre los homosexuales como algo "natural" entre ellos?
¿Qué solidaridad puede esperarse de una humanidad en su mayoría heterosexual y llena de prejuicios que se repele al contacto humano, tanto por asuntos de higiene y olores, como por asuntos raciales, culturales, de clase, religiosos, y cuarenta otros obstáculos que se hacen presentes entre ellos? ¿Por qué responder y acudir a una concentración política llamada por alguien del que no se conoce nada con lo que podamos identificarnos, mientras que sí sabemos de dicha persona que de seguro es prejuiciosa y nos repelará si tratamos de acercárnosle al nivel de contacto físico, algo que no existe entre los gays? ¿Cómo es posible que la humanidad heterosexual asimile con tanta facilidad –o sea, sin horrorizarse– el que todavía en muchísimos países del mundo se le extirpe el clítoris a las mujeres jóvenes en un acto brutal en el que se emplea desde una tijera hasta cualquier objeto cortante y sin que sean anestesiadas, mientras que esa misma humanidad heterosexual se enfurece y ofende de muy mala manera si alguien habla en defensa del derecho de la mujer a que le acaricien sus genitales y a podérselo acariciar a quienes ellas quieran?
Es imposible lograr la liberación humana sin que antes sean eliminados una serie de prejuicios que son los que nos tienen atada la mente para que no encontremos el camino hacia la liberación si ni siquiera somos capaces de asimilar realidades como la exquisitez de una relación intima entre un adolescente y una mujer.
¿Por qué es tan importante la liberación total de la mujer (y digo de la mujer porque si digo “de los hombres” ya ello se volvería sospechoso) y de la heterosexualidad para con la liberación total de los seres humanos? Porque si la mujer tuviera libertad para amar a los hombres que ellas crearon y parieron según sus instintos, no solo ellas nos iban a orientar sexualmente y nos iban a ofrecer una vida sexual feliz desde nuestra juventud, sino que también iban a engendrar a seres humanos más bellos por cuanto serian más selectiva y tendría la libertad de elegir con quien buscar una procreación, de manera que hombres y mujeres más bellos y más libres se sentirían con más dignidad para exigir cambios en el orden social. Después de esto, el mundo se desataría su mente para poder pensar y así percatarse de los absurdos a los que estamos hoy en día atrapados. La sincera solidaridad entre las personas y el amor libre entre ellas, sería la clave para liberarnos de las cobardías y de los miedos a los que estamos aferrados, no solo los que regimos la sociedad y los que estamos acomodados dentro de ella, sino que también los que somos sus víctimas actuales.
Si los homosexuales organizan cruceros gays, ¿por qué nosotros no podemos organizar cruceros heterosexuales en los que se den los roces humanos con esa libertad que se dan entre los primeros? ¿Por qué el asco solo hace presencia cuando el contacto fisico busca producirse entre personas de diferentes sexos mientras que no sucede así entre personas del mismo sexo una vez que se homosexualizan?

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