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Fidel Castro y la religión

Las máximas y más bellas convicciones de Fidel Castro.

Son muchas las cosas que habría que reclamarle, señalarle y criticarle a Fidel Castro y al gobierno de Cuba. Pero sustraernos de eso, es liberarnos de la tendencia humana a la réplica y a la refutación a la que nos arrastra la alienación política. De todas manera, al menos en el caso de Cuba –donde fueron eliminadas todas las posibilidades de replica en los medios de difusión masívos- nunca se ha logrado más que remover la paranoia y disparar la autodefensiva de un enajenado que siempre se ha resistido a los ataques y criticas de los que no han tendido mejor moral, principios, convicciones ó condición humana que la de él como para querer irse en contra de su gobierno. Por lo tanto, vamos mejor a hablar aquí de las cosas en las que cree esa persona que se hizo del poder en nuestro país, persona que no solamente ha vivido acosado por sus detractores nacionales e internacionales, sino que, además, en su entorno se generó el mismísimo triste -pero preferido- ambiente de simuladores, hipócritas y aduladores que han rodeado la vida de otros personaje similares a él como lo fueron Stalin, Kim II Sung, Kim Jong II, e Hitler. Y vamos a mencionar lo mejor de lo que nos convence a nosotros por que –así como nosotros interpretamos ó deducimos y afirmamos lo que mejor quiere Dios para nosotros- así tambien es mucho mejor y más aplicable hablar de lo que mejor quiere un terrícola para nosotros, que lo que mejor pueda querer el mismo Dios.; quizás de esa forma hagamos una mejor labor que cayendo en los mismos juegos y respuestas políticas que hemos conocido hasta ahora; juegos políticos que solo han servido para embrutecer, enajenar y alienar a todas las partes en confrontación.

Es aquí algunas de las más bellas convicciones de Fidel Castro:

¿Qué somos y por qué estamos?, son las preguntas universales sin respuestas que siempre nos hemos hecho.

Somos la idealización del pensamiento de un ser. Por ser ideas de él, somos parte de él y él mismo: Dios. Dios creo el Universo con ideas, imaginándolo, pensando en ello y en él en un mismo tiempo. El Universo y la vida son por la energía de Dios; son un dinamismo de ideas muy fuertes, capaces de hacer posibles las cosas existentes, materiales o no.

Dios no es más que consciencia. La consciencia refleja las cosas (las cosas existentes materiales) y le da vida permanente. La consciencia es lo único que existe como fuente creadora. Nosotros somos ideas y el ideal de ésta. La consciencia elaboró unas formas de vida que solo cuentan valores en las ideas. Como somos ideas podemos realizarnos en las ideas de quien por tal fueron creadas (proyectadas).

Antes de que la consciencia se diera a crear, esta era* solo una (y así fue hasta tanto no creó humanidad en algún lugar del Universo), cual no se identificaba con nada porque nada había con que ella pudiera identificarse haciendo uso o punto de comparación. Todo el vacio era* Dios, quien lo veía en su infinidad desoladora. Mas el vacio era* según la idea que Dios se hacia de si mismo. Puesto que el vacio no tiene dimensión, ni origen, Dios es todo el vacio y se da la dimensión de él mismo que se le acomoda.

No componía* a Dios ni un solo átomo, ni había la mas insignificante partícula de materia o energía en el infinito vacio. Como nada había, fácil le resultó a la consciencia identificarse como una nada.

Yo no podría especular sobre el que pasó entre el lapso de tiempo que transcurrió desde que Dios empezó a crear. Algo sí puedo creer: Nosotros siempre hemos estado; Dios siempre estuvo y estará; nosotros siempre estuvimos y estaremos. Nosotros somos consciencia; consciencia es Dios y es lo único que existe. Entonces somos en Dios y Dios es en nosotros; somos la misma cosa.

No podría especular sobre cuanto tiempo se tomó Dios en crear el Universo, en darle la forma actual, y menos cuando comenzó, y las formas posibles que pudo tener éste. Mas en algún momento Dios empezó a crear, dándole forma y vida a las ideas, ideando las materias ó lo material y objetivo, para que las ideas adquirieran un sentido real, de realidad, en él, desde nosotros. Entonces planificó todo de forma que en las ideas (Él, desde nosotros) tuviéramos que aceptar la razón de lo objetivo, dándose sentidos y creando formas que hacían la idea de poder idear sobre lo que son ideas alimentadas por la idea de la materia; esto es ya lo real.

¿Como creer que Dios de la nada creo el Universo, que todo no es mas que ideas de él, que existía* sin ser nada material, que había una consciencia aun cuando nada había sino que vacio, y que éste era* ella?

Para empezar, debemos de revisar el concepto que se tiene de lo que es materia, haciendo ciertas aclaraciones en lo referente a ella, aclaraciones que nos vengan a dar una idea mas esclarecedora de la misma _en sentido filosófico.

Universalmente se acepta que materia es todo lo que existe; materia es todo lo que es objeto y/o tiene peso, sea visible o no. La materia es lo que no se puede crear; es lo que no se puede dividir ni multiplicar infinitamente. Se multiplican las formas y los objetos en relación con las existencias de materia disponible, pero no así la materia.

En las ideas se puede aceptar o concebir que todo el Universo es solo un punto invisible en relación con el vacio, y que éste punto se puede aun dividir por una cifra equivalente a un uno seguido por cien ceros; cifra igual a lo que se ha calculado sobre átomos existentes en todo el Universo conocido. Pero en las ideas no se puede concebir que una partícula de un átomo se pueda dividir por la misma cifra o por una mayor (por ejemplo: una que equivalga a un uno seguido por un trillón de ceros) sin que desaparezca la pista de la materia _y hablo para con la lógica de las ideas_. Si la materia no fuera una idea en relación con nuestras ideas, la materia fuera infinitamente divisible, quedando siempre residuos en las divisiones. Pero si el residuo o pista se pierde en nuestras ideas; si no aceptamos o concebimos en nosotros mismos el que pueda quedar ese residuo, entonces no existe nada fuera de las ideas. Perdida la pista en la reducción de la partícula de materia, jamás se podría juntar las partes de lo que dejó de existir, para de la nada formar el todo u objeto; esto es algo que queda patente en base al pensamiento materialista.

Pero, ¿y que si todavía alguien cree en la infinita divisibilidad de la materia? Para que la materia fuera infinitamente divisible, solo en las ideas se puede uno imaginar una parte mas para ser partida, y así sucesivamente. Entonces, la materia depende de las ideas para estar; es una relatividad de ideas en una idea.
Hay algo mas: Se dice que para que algo exista _un objeto, etc._ éste tiene que ocupar un lugar en el espacio o vacio; si no ocupa lugar, entonces no existe. Si pudiéramos conocer el volumen exacto de espacio que hay en el Universo, podríamos indicar exactamente el espacio que ocupara cualquier objeto en este Universo, desde uno mismo hasta menos que una célula de nuestro cuerpo. Ahora bien: ¿que espacio ocupa el Universo en el vacio? Puesto de que nunca se podría decir, ya que es menos que una parte en un número equivalente a un uno seguido por cien mil trillones de ceros multiplicado por esa misma cifra infinitamente, entonces el Universo no ocupa lugar en el vacio, y por tanto no existe aunque existe.

Si bien al Universo lo podríamos encerrar (en las ideas) en mucho menos que un punto en relación con el vacio, ese punto no deja de ser aquel. Y aunque no seria mucho para con el vacio, tampoco éste es más que lo que es para la consciencia en las ideas, que es lo que realmente cuenta.

Suponiendo aun que de la nada hiciera aparición una partícula de materia, hay muchas otras cosas que no se conciben en las ideas. Por un lado la materia no se multiplica, y tanta materia que compone al Universo debió de aparecer simultáneamente, de súbito, algo mas que imposible, algo que simplemente nadie lo concibe ni se lo cree. De manera que todo nos lleva forzosamente a creer que la existencia no es mas que una imaginación; una imaginación que tiene vida real.
Aun cuando se dice o se ha determinado que toda materia no es mas que energía, la energía misma, la simple energía es algo que no existía hasta tanto una consciencia no la hizo existir para valerse de ella. Podría incluso ser ella, la consciencia, esa energía, solo que una energía muy distinta a las ideas que tenemos de energías.

¿Que consciencia existía antes de que nada material existiera? Existía la consciencia de las formas (esferas, por ejemplo), de las distancias, de las cantidades, del espacio, de las dimensiones, etc. Estas consciencias siempre estuvieron; no tenia que existir nada para que ellas existieran independientemente; no tenia que existir vida para que una unidad mas otra unidad fueran dos unidades. ¿Que forma tiene el espacio? Ninguna. Desde cualquier punto se abre hacia todas partes por igual, infinitamente; esta es la idea de la esfera. Con la consciencia de estas cosas y otras más, se enriqueció en imaginación y conocimiento y se creó el Universo y la vida. Así, consciencia es lo que existe; el vacio ó espacio siempre estuvo, consciente de estar.

Estos planteamientos o proposiciones tempranas por supuesto que no tratan de negar lo innegable: que la materia y las cosas tienen una existencia real y no que aparente. Las cosas realmente existen, pues así las sentimos.

Fuera de la metafísica se está y se entra en el mundo objetivo; aquí la materia es materia sencillamente. Así como el mal es el mal y el bien es el bien. De manera que no seremos incoherentes cuando hablemos para con la política, la economía, la sociología, etc., y partes de ellas, pues lo evidente es que están ahí, con todos su efectos, y no hay forma de poder ignorarlas.

Así, el que no podamos imponérnosle a los elementos y naturaleza dicha y hacer que las cosas cambien a nuestra voluntad; el que tengamos que depender de un cuerpo con limitaciones, cual debe ser atendido en sus necesidades, es porque solamente se hace interesante el volar sin alas, caminar sobre el agua, ser indemne al calor o frio, etc., si nadie mas tuviera esos poderes, poderes que si se les dieran a alguien, con una oportunidad sobrenatural de estas, se envilecería rápidamente y se presentaría como un mesías, rompiendo con ciertos principios establecidos para con la existencia nuestra. Nuestras ataduras a la naturaleza no es una desgracia sino una virtud. A nuestro cuerpo tenemos que amarlo, atenderlo y protegerlo, y con ello reflejamos nuestro grado de amor a la vida. Tenemos que respirar, andar, comer, descansar,... respetar el orden original que es por principio de Dios. Si nosotros pudiéramos mudar las montañas, secar los mares... ¿a quien se le iba a dar ese derecho o facultad? Si todos pudiéramos hacerlo, desaparecería todo orden; no habría vida.

Este asunto de la materia es algo que entra como parte de un esfuerzo filosófico para tratar de darle una explicación a modo grosso a un todo del que siempre hemos urgido de respuestas.

Mas tanto nuestras preguntas sobre el que es y como surgió la existencia son cosas que solo tienen importancia para reconocer que hay un creador y, a partir de ahí, obrar de acuerdo a ese conocimiento; fuera de esto hay muy poco de importante en lo que se nos revele. Tampoco nos concierne mucho el saber si hay vida en otros planetas, pues esto no nos lleva a nada principal, sino que nos desvía de cuestiones prioritarias sobre las que sí debemos de preocuparnos y atender.

Dios siempre estuvo. Sin embargo, todo requiere de un principio. Aquí cabe preguntarse que si Dios siempre estuvo, entonces nunca hubo un principio, y ese principio es vital que esté para que se le de comienzo a algo, para que algo pueda existir.

¿En que tiempo en la eternidad Dios creó el Universo? Si el tiempo es infinito en la eternidad, si la eternidad es infinita atrás y delante, entonces nunca hubo un tiempo atrás en el que Dios se diera a crear. ¿Cuando fue que surgió Dios en la eternidad? ¿Puede contestarse esto? No. Porque hasta la eternidad tuvo que tener un principio, que ni siquiera es en el tiempo, porque en la eternidad no existe el tiempo _por lo menos el pasado_. La eternidad surge con Dios, a partir de él y de la creación del Universo. Si un trillón de millones de años no es el principio en la eternidad, y esa misma cifra se aumenta infinitamente hacia atrás, ¿cuando Dios apareció en el tiempo? Si tan solo un trillón de millones de años tuviera la eternidad, entonces nosotros somos una creación muy tardía, pues se supone que el universo, en su forma mas o menos actual, surgió hace apenas unos varios miles de millones de años. ¿Que estuvo haciendo Dios durante todo el resto del tiempo? ¿Acaso existía y sin estar haciendo nada? Como no podemos decir en que tiempo en la eternidad Dios se dio a crear o apareció él mismo, entonces esto siempre será un misterio abrumador. Es realmente abrumador el pensar que millones de trillones de años pasaron antes de que apareciera Dios, tantos trillones que ni siquiera pasó uno, porque desconocemos el punto de partida para poder contarlos o referirnos a ellos. Posiblemente... no solamente ni siquiera Dios pueda contestar esto, sino que más abrumador todavía: quizá Dios no sepa siquiera poder contestarse que es el mismo.

Entremos un poco en la ley o teoría de la relatividad: el tiempo no existe aunque existe, así como las distancias no existen aunque existen. Y no existen las distancias puesto de que no existe la materia. Las distancias no son mas que una sensación para con nosotros en la existencia material, por lo que existen en lo relativo pero no en lo absoluto. Dios es el centro del Universo, cual está cerrado en su imaginación, así como en nuestro cerebro están encerradas nuestras ideas y sensaciones.Y ese Universo se hace alcanzable a Dios y a nosotros instantáneamente en toda su magnitud, pues el no va mas allá de lo que el no es, cual no es nada; es solo imaginación. Por tanto, no hay distancias en algo que no existe. Si la mente no es materia y el Universo es imaginación de la mente o consciencia, ¿donde pueden estar las distancias? De lo que llamamos de "eternidad" puede decirse que esta no tiene pasado ni futuro si no se puede partir de un punto que tendría que ya estar existiendo, para tan solo poder hablar de la eternidad al frente, no al pasado; hasta Dios entonces tuvo que tener un principio. Sí. Pero es que hasta para que haya tenido un principio, él debió de haber partido de un principio en el tiempo, que ya tenía que haber estado, y cual tendría que ser marcado por algo que ya tenía que estar existiendo. Si ese principio no estaba, ¿como se le iba a dar paso a su existencia? Si la eternidad atrás sigue siendo infinita, no hay modo de que se llegue a un punto de partida para que de el se empiece a contar el tiempo en el que Dios vendría a aparecer. Esto es que todavía tenemos que seguir infinitamente contando hacia atrás, lo que nunca terminaría; nunca llegaríamos a ese punto de partida tan vital, quedándonos siempre en un limbo, sin siquiera uno mismo llegar a existir, aun ni en las ideas. Lo único que nosotros sabemos es cuando Dios vino a existir para con nosotros, lo que es tan reciente como el mismo momento en que empezamos a pensar en él. Yo no voy a poder contestar a eso. El asunto es que uno piensa, y si uno piensa, uno existe. Partamos de esa premisa.

Como he dejado dicho aquí, yo creo que Dios es una consciencia (la sabienda de que se existe), de la que nosotros formamos parte ó somos el total de la misma. También digo que Dios (como ser independiente) posiblemente no sepa que el existe. Y sí creo que una existencia sin un Dios es mucho más perfecta, al menos, que una existencia con un Dios que razone a lo humano; de ahí que también creo que si Dios existe aparte de nosotros, entiendo que ha de ser un algo que ni piensa ni razona a lo humano. Por lo tanto, del dios que yo pueda estar hablando es un dios que es un no-dios, así que no creo que yo entre en contradicciones si siquiera con los que no creen en su existencia, puesto de que yo no se exactamente que es dios en el milagro de la existencia. Y digo milagro porque sigo creyendo que toda la materia que hay en el Universo solo existe en una imaginación de la que nosotros formamos parte.

Yo digo que Dios creó de la nada el Universo, así como nosotros de la nada creamos un "mundo" en los sueños, cual parece tan real como el de la vigilia. La vida es como un sueño de Dios. En este sueño o embludo, las cosas son alimentadas por la consciencia, la que lo refleja, le da vida permanente e independiente y ordenes para la existencia según los arreglos de ella para con nosotros (y las cosas) en él (Dios) desde nosotros. Como somos nosotros en Dios y es él en nosotros, se explica por qué, en su embludo somos algo real.
Nuestra consciencia es la consciencia dividida en nosotros. Solo existe una consciencia en sentido universal; las demás consciencias _la humanidad_ es esa (Dios) y es sus experiencias.
Ya no es que Dios sea uno que "sueña" con nosotros desde su embludo. Entonces no nos esta viendo Dios, sino que estamos viéndole en todas las cosas, mientras que él es testigo desde nosotros de todo lo que nosotros somos testigos; no es un espectador sino un participante omnipresente.
El embludo es una situación de la que no se puede escapar ni quebrantar; de la que hay que participar. Es una proyección de un orden natural con leyes propias, cual determina (en) la esencia y existencia de las cosas, y desde el cual Dios "descansa" de su omnisciencia, para darle un significado y una fantasía a la vida, desde el plano humano.
Para darle un significado real a la vida, Dios tenia que "desprenderse" de su omnisciencia, pasando a un ser (el humano) que estuviese gobernado, relacionado, orientado,... por una naturaleza que lo forma y otra en cual participa. Por su naturaleza el hombre está obligado a realizarse de acuerdo a lo que captan sus sentidos y su capacidad de interpretar, ejecutar, y de entender de las cosas según su curso histórico en el mundo material.
Al encontrarse Dios en la naturaleza del hombre como de improviso, este empieza a preocuparse y preguntarse por él y por todo aquello que nos hemos venido interesando nosotros desde nuestro origen, tratando de satisfacer nuestras más esenciales necesidades de respuestas. Con el temor a la muerte el asunto cobra en intensidad, y a medida que mas indagaba sobre si mismo, aparecía lo místico, simultáneamente con un amplio campo de interrogaciones; se daba comienzo a la filosofía y a la vida según el intelecto emergente, corredero, por lo que éste va creando e interviniendo en el carácter.

Mas si es así, ¿por que el mundo y la vida son tan objetivos u objetivados? Esto de cierto nos confunde y nos lleva a pensar en la posibilidad de que pudiera haber dos creaciones paralelas: la de la naturaleza y la de Dios _según el orden. Alguna filosofía enseña que Dios es la naturaleza, cual es irracional. Quizá estén en lo cierto, pues yo no me imagino a Dios razonando, por lo menos a lo humano; no hay modo de que con razonamientos, a lo nuestro, se pueda abarcar tanto como lo que implica la vida y la existencia con todo el complejo de cosas que está creado y la forman; no hay mente que pueda seguir los infinitos eslabones que se juntan y relacionan para que haya vida y existencia. Entonces, puede que la consciencia sea un reclamo ascendente de la vida, que se logra por la evolución, y una vez ya poseída, se gana el "favor" de la naturaleza y sus poderes, se forma aspiraciones, y le son dadas. Va y la vida sea organizada y dirigida por ordenadores creados por Dios, y que esos ordenadores estén en la naturaleza original o primaria; va y hasta sea el ojo humano, pues si yo puedo asegurar que nosotros embellecemos nuestros cuerpos según el curso de nuestras concepciones estéticas en relación con nuestro grado de civilización y nobleza, lo otro tambien puede ser posible. Sí, es cierto que el mundo es muy objetivado, y esto nos puede llevar a preguntarnos: Si Dios creo todo con ideas, y las ideas de las cosas se entiende que estaban antes que las ideas de los "componentes" (de estas) para formarlas, ¿por que no podemos ser sin estas ultimas así como se dice que hay seres espirituales con la forma y consistencia de nosotros, mas que no están compuestos por elementos? Si fuera así nos perderíamos muchas cosas: las influencias de las estaciones del año (otros les llaman las influencias de los astros) _cuales nos ordenan y enriquecen en caracteres propios, marcas y singularidades necesarias para montar y sostener un mundo muy interdependiente_, los placeres conocidos que percibimos por los sentidos, los padres, la niñez, los sexos, el oxigeno, etc.; en fin, todo lo que es material y sentido. Era el estado de Dios antes, al que renunció. La naturaleza es creativa, nos ofrece orden; la consciencia es creadora, nos ofrece existencialidad. Creo que es mas interesante el vivir y no que el perdernos las corrientes culturales, las lenguas, etc., cuales nos maravillan con sus enriquecimientos de heterogeneidad. En un mundo de espíritus la naturaleza no tiene importancia y ni siquiera existe. Yo propongo que las cosas se activan a través del poder de Dios, y por él son. La naturaleza crea, es algo de Dios; tenemos que cargar con sus sobre dominios, pues de otra forma no habría ningún orden, pues Dios no dirigirá, conscientemente, éste. Las cosas deben tener una explicación; la tierra produce porque tiene cualidades, facultades, para ello; la vida se da porque tiene como darse. Imposible seria explicarnos las cosas si no tuvieran una explicación y una lógica; seriamos como drogados viviendo ilusiones y alucinaciones, aprisionados por la superstición absoluta si no tuviéramos esa explicación. ¿Quien puede imaginarse un mundo mejor? Tratemos de proponer algo que no se derrumbe; esto es lo que yo intento. El orden natural y sus leyes nos permiten captar una vida, un algo existente. Pero en un mundo de alucinaciones la vida no tendría ningún rumbo definido, seria un mundo como que embrujado, sumido en el más absoluto ocultismo y obscurantismo. Démosle un vistazo a los sueños, donde los arboles no tienen raíces, los seres no respiran, lo que existe no existe. Cuando en un sueño vemos a alguien ó algo y ese se quita de nuestra presencia, inmediatamente desaparece y no que sigue un rumbo. En los sueños las cosas no tienen interiores; no están formadas por sustancias alguna, pero si nos herimos, sangre podríamos ver derramarse, y si entramos en una casa, cuartos y ventanas y muebles podríamos ver en ella. Sin embargo, si pasáramos de largo frente a ella, solo fachada exterior seria la casa o apariencia de tal, pues no tienen interiores a no ser que la exploremos y así se lo demos. Así, la diferencia entre lo objetivo material contra los subjetivo material es que el primero tiene interior y exterior y vida permanente e independiente, mientras que lo otro solo tiene exterior, durabilidad corta, no tiene existencia real y puede deformarse. En ésta situación ultima, nada nos puede garantizar el seguir un curso, pues todo puede cambiar: las montañas convirtiéndose en pantanos y los pantanos en montañas, el mar en desiertos y los desiertos en mares o sembradíos. ¿Cuando íbamos a reflexionar y a entender de la verdad siendo protagonistas de un mundo ilusorio, sin naturaleza? En ese mundo no habrían ideas en nosotros por la falta de la continuidad, y porque las ideas son por y el resultado de las cosas, de lo que existe. Y si nosotros podemos imaginar y pensar dentro de un sueño es porque existimos, siendo nuestro el sueño mismo. Imagina el que existe; si no existe, nada imagina; y si nada existe, sobre nada puede imaginar. Esto es un axioma. Diría que hasta Dios tuvo que crear la imaginación, creando, en alguna forma, la base de las cosas para que ésta se diera. Es un gran misterio como la Consciencia pudo imaginar, crear y perfeccionar la existencia hasta entregarse y entregarnos un mundo maravilloso, corregido durante _se dice_ millones de años. Lo cierto es que la naturaleza antigua de animales y plantas no era tan atractiva; no tenia el potencial paradisiaco que el mundo actual posee. Hay un arreglo divino que permite la espontaneidad, fija ciclos y deja vida a la disposición de los elementos, confiando en que mantendrán el equilibrio de lo planificado. Gracias a este arreglo, Dios no tiene que dirigir el desarrollo de cada ser viviente ni darle sus pasos subsiguientes. Menos aun tiene que colocar cada piedra o árbol o nube donde está, ni fijar sus detalles particulares; la singularidad de las cosas es espontanea. Es obvio, no obstante, que Dios tuvo que colocar muchas cosas antes de completar su obra, pues de otra forma no se explican sus apariciones... Dios tuvo que crear y decidir sobre las estructuras de los ríos y fuentes de agua, sus causes, numero y localizaciones, pues tantos de ellos en territorios tan pequeños como son ciertas islas, no pudo depender completamente de las fuerzas espontaneas. (Hágase llover torrencialmente sobre el planeta Marte durante un mes consecutivo, a ver si allí se va a formar un solo rio permanente despues de parar la lluvia durante una semana.). De las fuerzas espontaneas puede depender la proliferación de ciertas especies en ciertos territorios, pues tienen facultades para ello, bien porque vuelen o sean trasladadas de alguna forma su simiente, ya sea por el viento, aves, etc. Pueden ser voladores y no voladores, que partiendo de unos pocos ejemplares, llegan a proliferarse, multiplicarse. Un solo pino, palma, etc. basta para extender su especie en una amplia área. Pero sobre muchas especies, pienso que se tuvo que tener mucho cuidado y vigilancia; alguien veló por ellas. De lo contrario, muchas de las que hoy tenemos, hubieran desaparecido, nunca hubieran avanzado. De las ciencias de la agricultura dependemos para el cuidado, desarrollo y conservación de las plantas y su ambiente y simiente. Si no atendiéramos los cañaverales de caña de azúcar, posiblemente en mil años no tuviéramos ni una sola de estas plantas. Y así mismo ocurriría con la vid, el maíz, etc. De manera que tuvieron que colocarse en el lugar exacto para que nada interfiriera en contra de sus sobrevivencias; por eso existen. Si estoy equivocado es porque, entonces, las plantas tienen que ser capaces de crear condiciones para la sobrevivencia de ellas mismas, facultad que alguien puso en ellas. Mas Dios no decide como va a crecer un árbol ni donde estará; eso lo deciden los elementos y las fuerzas que obran y viven en la naturaleza, cual tiene poderes libres. Si una semilla cae en un mal lugar, no se puede esperar, si germina, que dé un buen ejemplar; si un huracán azota una zona, esto trae sus estragos. Yo no me imagino a Dios rompiendo ramas de los arboles y desbordando los ríos. ¿Donde estaría entonces la gracia de la creación? Somos como un sueño de Dios, así como podría decirse que los sueños son obra nuestras, que son de uno. Pero nadie en un sueño decide cada detalle de lo que ve, ni se fija en ellos, tal como no nos fijamos, en la vigilia, de cada marca que hay en nuestro andar panorámico. Algo inconsciente debe estarse encargando de unas cuantas cosas que no nos podemos explicar el por qué son, suceden, se exteriorizan. Es muy difícil dar con la explicación del todo de las cosas. Notamos que en los sueños tenemos imágenes que ni siquiera fueron extraídas de algo visto anteriormente, como puede ser un hierbazal batido por el viento, haciéndose difícil imaginar que uno le dio sus detalles particulares. ¿No será que en nuestra conexión con el todo, nosotros recibimos esas imágenes... extrayendolas de lo que fue visto por otros? Yo he tenido sueños en el que una mujer que conocía me dijo que no era verdad que yo la amaba porque en ese mismo lugar anteriormente la había llamado por otro nombre, lo que en el sueño reconocí que realmente pasó. Mas nunca me sucedió ello ni en la vida real ni recuerdo haber tenido un sueño en el que ello me pasara con ella. Si de lo que uno no se acuerda no existió, ¿como entonces existió aquello sin haberme acordado antes de que hubiera sucedido? ¿Que fuerzas ó mandos actúan para que uno siga el papel en un sueño? Hay definitivamente muchos misterios en la mente y, sobre todo, en nuestras experiencias en los sueños. Uno tambien sueña estando en una ciudad con calles y edificios que nunca ha visto, pero sin embargo uno se mueve en ella como si la conociera, como si estuviera muy familiarizado con ella, dirigiéndonos incluso a un lugar determinado dentro de la misma, sea un parque, restaurante, etc.; hasta hacia la vivienda de uno en esa ciudad nos dirigimos, sin haber nunca alquilado o comprado el lugar. Pero sabemos que es nuestra vivienda y
conocemos donde está y como está formada por dentro; hasta sueños con respuestas _de parte de otras "personas"_ mas lógicas que las que yo mismo hubiera podido darme, he tenido. Algo así como el que alguien me haya rectificado sobre una palabra mal usada o dicha.

Decididamente ha habido un creador. Las informaciones, descubrimientos científicos, y observaciones propias, nos dicen, por si solos, que la vida, según esta formada y organizada, no pudo ocurrir sin la intervención de una inteligencia superior. Muchos son los factores que tuvieron que intervenir y que intervienen para que haya vida, y mas aun cuando se trata de vida superior y bien desarrollada. La mas insignificante forma de vida no pudo* haber ocurrido por casualidad ni aunque todo el Universo fuera una sopa orgánica. Y para poder decir esto me baso en lo que ha determinado el entendimiento científico mas serio en base a cálculos de probabilidades sobre las realidades objetivas de lo que se ha venido descubriendo. Y esto, aun suponiendo que el Universo hubiera aparecido porque si; dividido y organizado como lo está, desde átomos hasta sistemas solares, galaxias, etc., con todas sus complejidades. Están tan complejamente formadas las cosas mas simples o minúsculas que componen a los seres vivientes, como son las células y sus componentes, que científicamente está concluido que es imposible e inconcebible el que la vida más mínima o elementar hubiera podido desarrollarse o aparecer en forma casual. Creer que los elementos se juntaron porque sí para formar vida es algo que en una u otra forma pudiera ser creído y dado como definitivo por cada uno de los miembros de esta humanidad, de la que conozco que solo posee, en medio de la confusión en que se encuentra sumergida, unas muy escasas herramientas intelectuales, cuales no podrían llevarla a mejores conclusiones. No solamente esta humanidad no sabe como creer en mejores cosas sino que está atrapada en un medio tan miserable que no puede siquiera intentarlo. Para poder intentarlo tendría primero que ir descubriendo que con las enseñanzas de este mundo es imposible creer en un Creador; de ahí que yo puedo decir, sin temor a equivocarme, que la única persona de este Mundo que cree en que hay un Dios -Dios al que no le temo y al que exonero de toda culpa-y en que tenemos un alma eterna... ese soy yo. Porque no puede creer ni dejar de creer en ello una humanidad que se contradice tanto en lo que pretende ser sus creencias.

Si todavía la Naturaleza fuera la creadora única de todo, una naturaleza que ha sido capáz de crear un mundo y una vida como la que conocemos no podría haber cometido el gran error de no dotarnos de un alma inmortal, pues solo ella puede ver y apreciar su obra a través de nosotros. ¿Como creer que se olvidaría entonces de un detalle tan importante como es el asegurarnos una continuidad que es lo que más deseamos y lo que nos llevaría a venerarla por lo más alto? La naturaleza es lo que existe; Dios es lo que existe. Y si lo que existe es Dios, entonces la naturaleza es inteligente, y lo que es inteligente tiene consciencia de estar. Pero aun si Dios no sabe que él existe, ello no es lo que importa; lo que importa es que nos haya hecho a nosotros sentir que existimos y que existimos para siempre. Desde nosotros, Dios participa de la existencia. La gente quiere creer que el Universo es tan grande que así como la vida aquí surgió "por pura casualidad", tambien en otras partes de esa enorme vastedad de materia repartida por el espacio se dé la vida y, mas que eso: se abriga la gran ilusión de que seres muy adelantados se pusieran en contacto con nosotros y nos ofrecieran las soluciones para con la felicidad y, por ende, para con la vida eterna. Es muy posible que en el Universo hayan otros lugares con vida y hasta con seres muy superiores en conocimientos y desarrollo en relación con nosotros, pero si no hubiera ningún otro, ello no significaría un gran desperdicio de materia colocada inútilmente, pues todo lo que ella es no es mas que por la imaginación de Dios. Si fuera cierto que en el Universo hay unos diez mil millones de galaxias (otros cálculos hablan de cincuenta mil millones), y que cada galaxia pueda tener unos varios miles de millones de soles, si tan solo por cada galaxia hubiera un planeta con vida semejante a la nuestra, seria sumamente angustioso para nosotros (Dios) el que estemos repartidos entre tantos lugares, sin poder jamás llegar a tener la posibilidad de ni siquiera recibir o mandarle un saludo a tantos hermanos en Dios. Nadie llega a vivir siquiera diez mil millones de segundos, por lo que ni tan solo uno de ellos le podríamos dedicar a los de otros mundos, no queriendo nosotros pensar, supongo, que el Universo sea un semillero de vida que debe darse por olvidado. Y si creyéramos en la ley de las posibilidades que la gente plantea, pues cada galaxia tendría derecho de, al menos, dar un planeta con similitudes al nuestro. Esta hipótesis no es una idea atractiva para con el orden divino, y mi filosofía yo la baso en que ese orden debe de ser atractivo y bello. En la universalidad del pensamiento que nos es dado, nos corresponde pensar en la forma mas optimista y objetiva para poder dar con lo que Dios ha hecho y quiere.

Yo muchas veces he creído creer en lo que creen lo demás, en lo que cree todo el mundo. Pues entiendo sus verdades y limitaciones de sus universos; entiendo sus justificaciones y me justifico con las de ellos, mientras mantengo integro mi criterio, mis ideas. No hay ninguna contradicción aquí; es un jugar con lo relativo de las cosas para armonizar relaciones de ideas. Yo digo que mi pensamiento es universal. Casi todas mis frases (abstractos) y planteamientos ya han sido dicho. Me encanto con las exposiciones de otros de las cosas en que creo. La verdad es la vida. Todo el mundo cree en la verdad, todo el mundo quiere lo mejor. ¿Quien es el que no desesperaría si lo desheredaran del paraíso? ¿O quien es el que está tan resentido, herido, amargado y defraudado que ni aun cuando se le mostrara un Mundo mejor, sin miradas juzgadoras ni prejuicios, sin espías en contra del cariño, no lo desearía simplemente porque en el tambien entrarían los supuestos "viles" e indignos para con su criterio y sentir afectado? Esa potencia enajenadora debe ser apartada; no debemos de caer en tales sentimientos. La verdad es lo mejor. Si nosotros no logramos lo mejor no es porque no lo quiéranos. Por eso Dios sabe que nuestras vidas no son en vano sino que tienen gran trascendencia y significancia. Mucha gente cree en religiones porque estas ofrecen salvación y vida eterna. Yo creo que la salvación viene por nosotros y que la vida eterna es inmanente en nosotros desde el mismo principio a través de Dios. Todo el mundo existe porque hay una sola existencia, un solo ser existente, cual es eterno y desde el cual nos eternizamos. Por saber que existimos es que somos Dios. Pudiera ser que Dios no sepa que el existe; pudiera ser que solo a través de nosotros es hecho existir Dios; pudiera ser que Dios sea negado por seres extraterrestres con millones de años de civilización; pudiera ser que yo no tome a Dios en cuenta para nada en relación con mi vida, pero aun así Dios existe. Y el mejor pensamiento humano es formado a través de la búsqueda de una explicación del todo, la que nos lleva a él. Posiblemente desaparecerán la religiones y los que usan las ideas acerca de Dios para establecer doctrinas, llegando a tiempos en que nadie solicitara a un Dios que es insolicitable. Quizás dejemos de pensar en Dios, pero aun así no estaríamos haciendo mas que lo que Dios mismo se propuso. En lo absoluto nada de esto ni niega a Dios, no lo ofende, ni lo entristece. Dios no quiere que se piense en el, pero si que lo sintamos; que reconozcamos la magia de su creación; el nos dio la capacidad para reconocer que sin el no hubiera existencia; lo que nosotros hagamos dentro de ella es un problema nuestro del que no creo que el intente resolvérnoslo de una forma directa. Quizás Dios sea solo la necesidad de la existencia, y que su máximo objetivo si es que no el único es/fue el de crear esta y el de mantenerla para siempre. Lo que se crea ó no se crea acerca de él es algo que para su poder creativo posiblemente no tenga la menor importancia ni sienta por ello en lo más mínimo. Ese llamado libre albedrio que nos dio a los terrícolas es el mismo libre albedrio que seguramente le dio al resto de los seres pensantes en el Universo. Y es entre estos en los que pudiera ser que estén las llamadas fuerzas del bien y del mal según sean las filosofías de las civilizaciones que en el se encuentren. Yo he venido planteando la hipótesis de que Dios nos creó a nosotros para en nosotros él mismo realizarse. Pero hasta incluso esto es algo que merece revisión. Lo mas probable es que sea así, pero tambien pudiera ser que otros creados por Dios con el objetivo antes dicho nos hayan en alguna forma creado ó entrado a vivir en nosotros para experimentar nuevas formas de vidas y emociones, sin que deje de ser Dios el que esté dentro de nosotros. Si a causa de esto se formaron guerras ó luchas para establecer las formas en que nos realizaríamos, eso es algo que cabe dentro de las posibilidades. Dejándonos la mente libre para imaginar, hemos podido crear bellezas y horrores, de las que se han desprendidos ideas de amores y de odios, de infiernos y de glorias. Si alguien ha cometido un gran pecado en relación con nosotros (Dios) ha sido dejarnos al libre albedrio, y ese no ha sido otro que nosotros mismos (Dios).

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